jueves, 9 de mayo de 2013

Cap. 2; El creador de sueños.

Aquello ocurrió cuando cumplí cien años de haber despertado. Ya sabía controlar mis poderes; volaba y nadaba por el mundo con mis burbujas y las criaturas acuáticas y ya estaba harta de aquella soledad en la que la luna me había metido.
No odiaba a la luna, eso sería estúpido, me había dado poderes increíbles y la capacidad de crear la lluvia y los arco iris que tanto adoraba, pero me había dado una vida en la que nadie podía verme y ni siquiera se dignaba a responder mis preguntas.
Aquella noche había llegado a una ciudad donde me senté en un tejado alto para ver el lugar al que había llegado, creo que estaba sobre una catedral. Entonces, unas estelas doradas iluminaron la ciudad y entraban en todas las casas del pueblo. Unas de esas estelas pasó por mi lado y yo apenas la rocé con la punta de los dedos cuando apareció un delfín de arena dorada haciendo acrobacias en el aire para luego desaparecer otra vez en la estela.
Yo reí maravillada, creé una burbuja a mis pies y volé por la ciudad jugando con aquellas estelas de arena. Me sorprendía las diferentes formas que adquiría. Unas mariposas, un dinosaurio, sirenas... incluso caballos y unicornios.
No tuve que volar demasiado para descubrir que aquellas estelas provenían de un mismo punto en el centro de la ciudad. Era un hombre, con la estatura de un niño, hecho de aquella arena dorada y flotaba en una nube de esa arena. Se dio cuenta de mi presencia y sonrió saludándome con la mano.
Un momento... ¿¡Me saludaba a mí!?
-¿Puedes verme?
Por toda respuesta, él se dedicó a asentir con la cabeza.
-¡Eso es genial!-le abracé en un impulso-He estado buscando alguien con quien poder hablar.
Él hizo una risa muda y lo miré con atención.
-¿No puedes hablar?
Él negó con la cabeza sin perder su bondadosa sonrisa.
-Lo siento. ¿Cuál es tú nombre?
Él hizo un gesto de indiferencia a mi disculpa y con la arena dorada escribió en el aire su nombre;
Sandman
-¿Sandman? Un placer, yo soy Kelly.
Sandman hizo desaparecer su nombre, el cual fue reemplazado por "Sandy"
Por gestos me explicó que él era el creador de sueños, que aquella arena dorada que llegaba a las casas eran los sueños de todos los niños.
Hablamos toda la noche mientras su arena del sueño se repartía por toda la ciudad y cuando debía ir a otra ciudad, me "dijo" que podíamos quedar la noche siguiente pues él debía repartir más sueños.
Yo no podía estar más feliz; por fin tenía un amigo. No estaba sola después de todo.
Una vez que Sandy se fue, yo miré a la luna sonriente;
-¿Era él a quien debía encontrar?
Búscale... te necesita.
Por supuesto, ignorando mi frustración y mis dudas, fue lo único que me dijo la luna.
La noche siguiente Sandy me dijo que la luna era muy sabia y que ella sabía lo que hacía, o que eso esperaba. Comenzamos a buscarle un significado a sus palabras; no podría ser un niño pues aquel mensaje me lo dio hacía cien años. Sólo nos quedaba que fuera un espíritu, como nosotros.
Sí, había más.
Norte, aunque los niños le conocen como Santa, es uno de los más antiguos; Time o Padre Tiempo, fue el primer espíritu creado por la luna; el hada de los dientes o Toothiana; Bunnymund, el conejo de pascua; Nature o Naty, la madre naturaleza; y el más joven, Jack Frost, el señor del invierno.
Tenía muchas ganas de conocerlos a todos, sobre todo a Norte; ¿quién no ha soñado alguna vez con ver la fábrica de Santa? Pero Sandy dijo que Norte estaba muy ocupado, se acercaba la Navidad y tenía mucho trabajo y Bunnymund trabaja 50 noches al año pero nos fue imposible encontrar a aquel conejo sobrealimentado.
Por el momento, me contentaba con Sandy; mi señal de que no estaba sola.
Sandy me contaba divertidas historias sobre los guardianes; que Bunnymund es muy orgulloso y siempre acaba peleando con el travieso Jack Frost; Toothiana es muy nerviosa y entregada a su trabajo, le apasionan los dientes, pero siempre está dispuesta a ayudar; Norte es el líder con una eterna y bondadosa sonrisa plasmada en la cara y dispuesto a aconsejar a quien lo necesite; Nature es muy fuerte y siempre habla de más, algo solitaria, pero una buena amiga de la que esconderse cuando está enfadada; Time es el más tranquilo y sabio de todos, cuando quiere ver el pasado tiene el aspecto de un niño pequeño, cuando ve el futuro, es un anciano, y cuando ve el presente, es un joven que aparenta mí "edad".
Cuando llamaban a Sandy para una reunión a través de la aurora boreal, yo me contenía para no seguirle al Polo Norte porque podía meterme en un lío. Las reuniones de los guardianes son sólo para guardianes y si sabía algo de no debiera...
Durante el día, me esforzaba por terminar mis tareas, ayudar a los animales y depurar el agua (los humanos no dejan de mancharla con petróleo y otras impurezas). Por la noche, me reunía con Sandy y le preguntaba más y más cosas acerca de los otros inmortales.
Una vez, Sandy me habló del creador de las pesadillas, su contra parte Pitch o Sombra, y todo el mal que había causado al mundo. Me contó cómo le derrotó, consiguió que Tooth no pudiera repartir dientes secuestrando a sus Babytooths y destruyó los huevos de pascua de Bunnymund, pero por suerte, Jack Frost consiguió derrotarle.
Cada vez tenía más ganas de conocer a los guardianes.
Sandy me aseguró que los conocería en Año Nuevo; la temporada navideña terminaría y Norte siempre daba una reunión simplemente para reunir a todos los guardianes pues Año Nuevo era el único día en el que podían permitirse tomarse un descanso y convivir juntos.
Y para Año Nuevo faltaba una semana.
Y empezaba a ponerme nerviosa.
-¿Y si no encajo con los guardianes? ¿Si no les caigo bien?
A su manera, Sandy me dijo que eso sería imposible.
-Ya, pero he estado hablando sola cien años. En lo que concierne a relaciones personales y conversaciones inteligentes normalmente no se me da bien.
Sandy sonrió "diciéndome" que no había tenido problemas con él y aquello me reconfortó.
Aún así, seguía nerviosa.

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