domingo, 1 de enero de 2012

Capítulo 1

Qué aburrimiento.
No entendía porqué otros demonios se divertían en el mundo humano. No le veía lógica. Lo único que había allí era Utau, su hermana humana por alguna razón que desconocía, el novio de su hermana, Kukai, con el cual tenía una especie de tregua idea de su hermana. Con ellos estaban sus amigos, más aburridos imposibles. Y sin embargo, por orden del rey, debía permanecer al lado de su hermana para cuidarla.
-¿Y dónde está Amu?-Preguntó Utau cruzándose de brazos, estaba harta de esperar, y él también.
-Oye, Utau, ¿tú hermano nos va a seguir todo el tiempo?-Le preguntó Kukai, quien la había alejado del grupo para poder hablar tranquilos
-No puedo hacer nada, es una orden directa. ¡Rima! ¡Llama a Amu y dile que como no esté aquí en media hora, yo misma iré y la extrangularé con mis propias manos!
-Amu responde a mí mensaje diciendo que menos mal que eres su mejor amiga porque si no ya estaría muerta, que antes de que tú la agarres por el cuello ella te habrá matado... Y que también te quiere
Todos comenzaron a reír ante lo último. "Está bien, eso fue algo gracioso". Sentí cómo me cogían en la pierna y me obligaban a bajar, Utau me había encontrado en el árbol y pretendía que bajara.
-Ikuto, ¿no sería mejor que te transformaras en gato?-Desistió en hacerme bajar en cuanto comprendió que no tenía intención de moverse
-¿Por qué debería?
-Pues porque quiero abrazarte más. Hace años que no te veo y tú te quedas lejos de mí. Además, así conocerás a mis amigos.
-No tengo intención de entablar amistad con tus amigos. Soy un demonio, ¿recuerdas? No debo tener relaciones con humanos.
-Exacto, relaciones románticas. Mira Nagihiko, él sigue aquí con sus amigos porque se cansó del mundo demonio, ¿no podrías hacer tú lo mismo y quedarte aquí siempre? Mamá te extraña y quiere verte.
-Sólo me quedaré unas semanas, no creo que me quede por más tiempo.
-Como quieras, pero mamá quiere tenerte bajo su techo unos días. Déjate mimar de vez en cuando, demonio Soy-autosuficiente-y-le-tengo-miedo-a-los-humanos
-Ése es un nombre largo.
-¡Utau!-Gritó alguien a lo lejos-¡Utau, ya llegué!-Una cabeza pelirrosa se tiró encima de Utau y, entre risas, se abrazaron felices.
-¡Amu, tardaste!-Dejó de reír para mirarla enfadada
-Si algún día dejaras de mandarme mensajes sólo por llegar cinco minutos tarde, yo dejaré de perder tiempo contestando. ¡Tengo casi diez mensajes tuyos, siete de Rima y tres de Kukai!
-¡No es mí culpa si te digo que vengas media hora antes que nosotros y llegas la última!
-Chicas, chicas, venga. Tenemos que llegar al karaoke antes de que cierren-Las tranquilizó Kukai
-Además, Amu tampoco llegó tan tarde y no nos hemos aburrido esperando. ¿Nos vamos ya?
-¡Nagihiko, tú eres el único que me trata bien!
-¿¡Y yo qué, Amu!? Qué pronto te olvidas de los amigos
-No es verdad Rima, pero tú siempre te pones en mí contra cuando Utau y tú empezáis a hablar sobre Hotori-sama
"¿Hotori? ¿Tadase Hotori? ¿Él también está aquí?"
-Oye Utau, ¿qué buscabas en el árbol cuando yo llegué?
-A, es que vi un gato ahí arriba e intentaba cogerlo
-¿Quieres que yo lo coga? Soy buena escalando
-Amu, llevas falda. No me hagas recordarte lo de la última vez.
-Utau, lo que llevo se llama falda-pantalón. Idiota. ¿Dónde está el gato?-Se acercó al árbol
-En una de éstas ramas
-¿Es ése de ahí?-Señaló donde segundos antes había estado Ikuto
-Sí, es ese.
-Está bien, ahora te lo bajo-Comenzó a trepar como toda una experta y se sentó en la rama donde se encontraba su objetivo y sonrió a aquel gato negro con ojos azul zafiro- Valla, tienes unos ojos muy bonitos, gatito. Ven, voy a bajarte de ésta rama-Al ver que el gato retrocedía y la miraba con desconfianza se movió hacia delante- Venga, no tengas miedo. Yo no muerdo, ¿sabes?-Amplió su sonrisa y extendió la mano, aunque casi se cae en el proceso probocando el grito de Utau
-¡Amu, bájate ya! Ese gato no quiere que lo bajen-Dijo Kukai, abrazando a Utau
-No quiero ver la descuartización de mí mejor amiga
-Valla, cuántas esperanzas tenéis hacia mí-Les sacó la lengua- Ahora que estoy aquí, no pienso bajarme sin el dichoso gato-Volvió a movierse hacia el gato con determinación y, aunque el gato la arañó, ésta vez sí lo atrapó. Lo atrajo hacia sí y le habló al oído-Sé que no eres un verdadero gato... ¿Porqué no me dices quién eres?-Miró un momento al gato a los ojos, quién le devolvía una mirada sorprendida-¡Chicos, tengo al gatito!-Sonrió a sus amigos y, sujetándose a la rama con una mano y con el gato en la otra, bajó más rápido que cuando subió
-¡Ikuto!-Lo cargó Utau
-¿Se llama Ikuto?-Sonrió Amu, la cual no parecía la misma que cuando le había hablado al oído.
-Sí, ¿a que es muy mono?
-Sí, es un encanto-Lo acarició Rima
-¿Nos vamos ya?-Dijo Nagihiko
-Sí, venga
Al poco tiempo llegaron al karaoke y, después de cantar unas canciones se fueron a cenar. Tuvieron que cenar fuera porque no se permitían gatos y Utau no estaba dispuesta a soltar a Ikuto, el cual luchaba por huir de su agarre. Varias veces había descubierto a la tal Amu mirándole más seria de lo normal, pero luego se unía a la conversación con aquella sonrisa alegre.
Tras pasar toda la tarde fuera, cada uno se fue a su casa cuando empezó a anochecer. Ikuto, Utau y Kukai se fueron juntos, estos últimos miraban curiosos al gato, el cual no se movía y estaba más serio de lo normal.
-¿Te ocurre algo, Ikuto?-Dijo Utau, harta de tanto silencio-Ya es tarde y no hay nadie en la calle, puedes volver a tu forma humana y contárnoslo.
Ikuto así lo hizo, pero no dijo nada, por lo cual Utau le pegó en la nuca para que hablara.
-Esa amiga tuya... la que me bajó del árbol...
-¿Te refieres a Amu?-Dijo Kukai
-Así es... Ella... Supo al instante que no era un gato normal...
-Imposible, Amu es la más despistada y torpe del grupo, no creo que esa misma Amu te descubriera cuando ni siquiera sabe distinguir entre la voz de Hotori y una imitación de baja calidad.
-Ya te dije que sonó muy convincente
-Claro que sí, Kukai, sonço tan convincente que casi te partes de risa mientras hablabas con ella
-Bueno, el caso es que Amu no es capaz de descubrir algo así.
-De todas formas no me fío. No me dejéis solo con esa niña, puede ser peligrosa.
-¿Qué estoy viendo? ¿Ikuto, el rompecorazones demoníaco le tiene m iedo a una niña de apenas 16 años?
-Creédme, esa niña traerá dolores de cabeza. Y yo no le tengo miedo. De todas formas, permaneceré en mi forma gato cuando ella esté delante... Por precaución.
-Sí, claro, te estoy viendo ésta noche durmiendo con una lucecita encendida y temblando de miedo-Se mofó Utau
-¿Quieres decir, igual que tú cuando descubriste que no había mapaches cerca de casa?
-¡Tenía ocho años!
-Casi once-Sonrió el demonio, notablemente divertido
-Ésta te la guardo, Ikuto. Por cierto, mañana vendrá Amu a casa y no puedes irte a ningún lado sin mí.
-Estúpida-Entró en la casa antes que Utau y se fue a su habitación

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